jueves, 15 de marzo de 2012

LA PROMISCUIDAD EN LA SOCIEDAD


Se tacha de reaccionario y clerical, al que critica la promiscuidad, cuando lo realmente reaccionario es ir con la bragueta bajada, o dispuestos a “lo que salga”.
Por higiene social se debe propugnar la existencia y necesidad del amor, para las relaciones sexuales, pues lo contrario propicia situaciones de violencia, sentimental generalmente, y física a veces, debido a las continuas rupturas intimas que se producen entre los que sin la preparación cultural debida, practican el sexo, por eventual antojo, y como consecuencia de ello se separan y se reencuentran de nuevo, por razones harto caprichosas.
No sólo los sectores católicos, defienden el amor, los marxistas también, pero el que no estudia, ni razona, es un facha de izquierdas, muy liberal, eso si, muy liberal.
Defender la promiscuidad, ampararla, o tratar pasivamente de paliar su efectos no deseados, con condones, píldoras del día después, o abortos, es propio de pequeñoburgueses necios, que cimentan la destrucción social, no del capitalismo, sino de la sociedad occidental en su conjunto, y elaboran un complejo ideario antisocial, que augura muy graves consecuencias, tanto en su enfrentamiento con otras “culturas”, como en cuanto a dar coherencia a un proyecto social realmente progresista.

Los progres idiotas se posicionan según sopla el aire, para recolectar votos sin un mínimo de ética, y sin valorar las consecuencias de su comportamiento negligente, estúpido, y complaciente con unas costumbres, que proliferan entre la juventud irresponsable y reaccionaria, entre la que buscan los partidos progres, recolectar dicho fruto, lo que además es dudoso, dado que generalmente los jóvenes promiscuos “pasan” de política, como de otras cosas. 

 


JOSÉ FIGUERA.

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